11 mayo 2010

Buscando sensaciones

En estos tiempos en que nadie te da duros a cuatro pesetas, ando invirtiendo mi tiempo libre en el rescate y reproducción de viejos vinilos de ayer, hoy y siempre. Un entretenimiento como otro cualquiera que me devuelve altos intereses de placer hedonista.

Explicar lo que se siente al sacar de su sobre un vinilo que lleva aproximadamente unos cuarenta años sobre la faz de la tierra y escuchar ese sonido delicioso del microsurco es como intentar explicarle a un abstemio el placer de beberse un par de orujos después de una comida opípara y en buena compañía.

The Beatles, Simon & Garfunkel, Tom Jones, The Monkees, Henry Stephen, Cliff Richards, The Alan Parsons Project o Gainsbourg conforman una pequeña muestra de lo que últimamente ha rondado mis oídos. Pero si hay algún lugar de la geografía musical más veterana donde me he detenido ha sido en esos vinilos italianísimos que nunca deberían haber dejado de sonar.

Escuchándolos, uno puede transportarse hasta cualquiera de esas terrazas de la Costa Amalfitana o de la Costa Azul, aquellas donde el Martini corría y llegaba el glamour en estado puro de aquellas parejas que aparcaban un Alfa Romeo Giulietta justo en el borde del acantilado de enfrente. Ese estilo de los trajes de lino y los vestidos de gasa. El aroma de la Dolce Vita, como dijo Fellini. Riánse de los Beckham, CR9 y demás horteras de la modernidad.

San Remo, cuna del festival por antonomasia de la canción italiana. ¿Dónde queda San Remo? Tristemente desapareció en el océano creciente de años, meses y días. Hoy, con suerte, el savoir faire italiano nos llega en forma de Zuccheros, Tizianos Ferro, Neks, Ramazzottis y Pausinis. Retiro lo de con suerte. Porque, llegados a este punto me pregunto: ¿dónde quedan aquellos cantantes melódicos transalpinos desgarradores?, ¿dónde quedan esas voces románticas y elegantes?

Quisiera pensar que esa colección de baladas italianas de calidad todavía existen en algun lugar, en la garganta de alguien que por desgracia todavía no ha llegado hasta este lugar, muchos años después. Adamo, Battiato, Tozzi, Little Tony, Gianna Nannini, Pino d'Angiò e incluso Albano merecen un relevo mejor.

Claro está que para gustos se inventaron los colores, pero créanme, sin esa música mediterránea de siempre también acabaremos perdiendo los sueños que terminan con un amanecer soleado junto al mar azul, vermouth en mano, viviendo... amando.

...E vola vola si sa sempre più in alto si va, e vola vola con me, il mondo e matto perché e se l'amore non c'è, basta una sola canzone per far confusione fuori e dentro di te...

Ayer:


Hoy:


P.D.: Ustedes mismos, espero que observen diferencia.

Vía | Filtrando la Realidad
Imágenes | Google Images, Youtube

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