Todavía sigo preguntándome, horas después, por qué el destino a veces es tan cabrón. Ayer, como tantos otros sábados, decidí pasar la tarde disfrutando de una película en el cine. Mejor dicho, no lo decidí yo; lo decimos los dos. Yo y mi mejor compañía.
El caso es que salimos de casa pensando en ver a Resines y terminamos observando el último trabajo de Cameron Díaz, "The Box". Supongo que muchos alabarían el cambio. Yo, visto lo visto, comienzo a abrazar las ideas suicidas más febriles.
Respetando la multiplicidad de interpretaciones y valoraciones que pueda aportar el respestable... para mí, se trata de un film que arruina el buen relato que utiliza como base, tergiversándolo hasta el punto de necesitar más de dos horas para decirnos que el dinero no da la felicidad.
Posiblemente el planteamiento inicial fuera el de demostrar que el dinero y los deseos intrínsecamente materiales no deberían convertirse en el epicentro de la vida de cada cual, que la felicidad existe en la medida que uno quiera serlo sin la necesidad de ingentes cantidades de dinero. Pero... ¿para eso hace falta meter de por medio una saga de marcianos morfológicamente humanos con nariz sangrante y que a su vez son meros empleados de una fuerza o ente superior que no podemos llegar a comprender?
Probablemente, si estas leyendo esto, te hayas perdido. Yo me tragué los más de 120 minutos de película y aquí sigo. Pensando que lo mejor y más curioso es observar cómo Cameron Díaz nunca estuvo ni estará tan cerca de Mercedes Alcántara. Mi mejor compañía no sacó en claro mucho más que yo. La pareja de mi izquierda creo que tampoco. Y Los cerdos que teníamos delante comiéndose un bocata chorizo supongo que menos aún; si no les da la cabeza para respetar las normas básicas de civismo, mucho menos les dará para comprender semejante rompecabezas paranormal. Porque hace falta ser guarro y mal educado para comerse un bocadillo de chorizo en un lugar cerrado como es un cine, dando por hecho que los demás estamos interesados en salir oliendo a pimentón.
Se encendieron las luces, se terminó ese suplicio disfrazado de película con actriz famosa de por medio y me quedé pensando en qué más me quedaría por ver. Entre los marcianos consumidores de cocaína (tanta hemorragia nasal no es normal) y el microclima creado por el embutido en aquella sala del Cine Palafox pensaba que nada más surrealista podría cruzarse en mi camino.
Pues bien, nunca digas nunca. Nada más salir al Paseo Independencia nos topamos con grupos de gente encendiendo velas colocadas estratégicamente por el suelo. Yo, en ese instante, ya no doy crédito a lo que ven mis ojos; realmente no sé si son marcianos, si les va a comenzar a sangrar la nariz a borbotones o si vivo en un mundo de idiotas.
No señor, ni marcianos, ni sangre, ni idiotas (bueno, esto último no puedo asegurarlo). Son nuestros hermanos del Opus Dei, ni más ni menos. Estaban encendiendo velitas, tan ufanos, en pleno apogeo provida. Un millón de incandescentes elementos, representando a cada uno de los jóvenes que faltan en éste nuestro país desde que entró en vigor la ley que despenalizaba el aborto.
Desde la Plaza del Pilar hasta el Auditorio, ahí es nada. Más de cuatro kilómetros con velitas y gente vigilándolas y encendiéndolas. Más de cuatro kilómetros llenitos de Cristo-freaks luchando por la vida. Y todo ello con la aquiescencia de nuestro querido alcalde sociata.
¿Por la vida? jajajaja. Si al menos lo hicieran libremente...
¿Son libres de estar ahí los cientos de niñatas sansueñeras que mañana tendrán un 10 en Religión por estar pasando frío con las putas velitas? ¿Son dignos de tener en cuenta los tipos y tipas que dicen si a la vida al mismo tiempo que escupen insultos contra ZP y sus secuaces? ¿Qué tiene que ver la vida y Zapatero? ¿Acaso nuestro presidente es Herodes? Quizá su coeficiente intelectual no sea muy alto, no seré yo quien le defienda, pero no creo que ponga una pistola en la cabeza de cada mujer para inducirla al aborto.
Ahora bien, a mi me da igual que Cristo-freaks, opusianos y demás raras avis eclesiásticas se junten para encender cuatro velas (quien dice cuatro, dice un millón) y después se vayan todos de cena de cofradía o cada cual a sus casas a dormir. A mi lo que me toca los cojones es que utilicen la vida como escusa para enmascarar su NO a la libertad individual de cada cual. Que degraden a la mujer hasta el límite de quitarle el derecho a decidir lo que hacer y lo que no con su cuerpo. Su intención de hacernos ver con sonrisitas e invitaciones mierda a encender velas que su moralidad es la buena y que somos hijos descarriados de Dios (los que no encendimos las putas velas, digo). Que ellos representan la felicidad, la concordia, el amor y la fraternidad.
Pues bien, amigos del Opus y derivados. Meteros por el culo las velas, vuestros saludos de ¡paz hermano! y esas miradas que me echábais a medio camino entre el cariño y la pesadumbre por ver pasar a la oveja descarriada. Cada cual somos libres de descarriarnos, de abortar, de pasarnos de la raya que nos de la gana y demás cuestiones que vosotros juzgáis como sacrilegios y atrocidades mientras no invadamos la libertad de los demás. Y vosotros tratáis de invadir esa libertad una y otra vez, desde esa basura de lucha pijo-progre-cristiano-callejera hasta los puestos de poder que regentáis. Repito, meteros vuestra demagogia por el culo, vuestros principios morales y vuestra persecución de la santidad porque el mismo Dios, si es que existió alguna vez, nos hizo libres. Y perdonadme, pero vosotros pretendéis todo lo contrario. En otros tiempos pudísteis engañar a los "hermanos", ahora la gente no es tonta y aquí nadie es más que nadie. Siento decirlo, pero bendigo y doy gracias a DIOS de que el cierzo de Zaragoza no os permitiera encender ni un 50% de las velas que habíais preparado.
No os lo merecéis, no sois la clase de gente que se preocupa por las miles de chicas que deciden dar a luz y se encuentran con el desamparo familiar y económico. Ni por aquellas madres jóvenes que necesitan ayuda para sacar adelante a su bebé. Lo vuestro es el NO por sistema. El no al aborto, el no al preservativo, el no enmascarado a la libertad... en definita, destruir en vez de intentar construir.
Por todo esto y desde aquí aprovecho para comunicar que, si algún político tiene pelotas para salir a la palestra y prometer que prohibirá este tipo de organizaciones represoras, tiene mi voto asegurado en las próximas generales.
Un saludo y gracias.
Vía | Filtrando la Realidad
Imágenes | Google Images, Filtrando la Realidad
El caso es que salimos de casa pensando en ver a Resines y terminamos observando el último trabajo de Cameron Díaz, "The Box". Supongo que muchos alabarían el cambio. Yo, visto lo visto, comienzo a abrazar las ideas suicidas más febriles.
Respetando la multiplicidad de interpretaciones y valoraciones que pueda aportar el respestable... para mí, se trata de un film que arruina el buen relato que utiliza como base, tergiversándolo hasta el punto de necesitar más de dos horas para decirnos que el dinero no da la felicidad.
Posiblemente el planteamiento inicial fuera el de demostrar que el dinero y los deseos intrínsecamente materiales no deberían convertirse en el epicentro de la vida de cada cual, que la felicidad existe en la medida que uno quiera serlo sin la necesidad de ingentes cantidades de dinero. Pero... ¿para eso hace falta meter de por medio una saga de marcianos morfológicamente humanos con nariz sangrante y que a su vez son meros empleados de una fuerza o ente superior que no podemos llegar a comprender?
Probablemente, si estas leyendo esto, te hayas perdido. Yo me tragué los más de 120 minutos de película y aquí sigo. Pensando que lo mejor y más curioso es observar cómo Cameron Díaz nunca estuvo ni estará tan cerca de Mercedes Alcántara. Mi mejor compañía no sacó en claro mucho más que yo. La pareja de mi izquierda creo que tampoco. Y Los cerdos que teníamos delante comiéndose un bocata chorizo supongo que menos aún; si no les da la cabeza para respetar las normas básicas de civismo, mucho menos les dará para comprender semejante rompecabezas paranormal. Porque hace falta ser guarro y mal educado para comerse un bocadillo de chorizo en un lugar cerrado como es un cine, dando por hecho que los demás estamos interesados en salir oliendo a pimentón.
Se encendieron las luces, se terminó ese suplicio disfrazado de película con actriz famosa de por medio y me quedé pensando en qué más me quedaría por ver. Entre los marcianos consumidores de cocaína (tanta hemorragia nasal no es normal) y el microclima creado por el embutido en aquella sala del Cine Palafox pensaba que nada más surrealista podría cruzarse en mi camino.
Pues bien, nunca digas nunca. Nada más salir al Paseo Independencia nos topamos con grupos de gente encendiendo velas colocadas estratégicamente por el suelo. Yo, en ese instante, ya no doy crédito a lo que ven mis ojos; realmente no sé si son marcianos, si les va a comenzar a sangrar la nariz a borbotones o si vivo en un mundo de idiotas.
No señor, ni marcianos, ni sangre, ni idiotas (bueno, esto último no puedo asegurarlo). Son nuestros hermanos del Opus Dei, ni más ni menos. Estaban encendiendo velitas, tan ufanos, en pleno apogeo provida. Un millón de incandescentes elementos, representando a cada uno de los jóvenes que faltan en éste nuestro país desde que entró en vigor la ley que despenalizaba el aborto.
Desde la Plaza del Pilar hasta el Auditorio, ahí es nada. Más de cuatro kilómetros con velitas y gente vigilándolas y encendiéndolas. Más de cuatro kilómetros llenitos de Cristo-freaks luchando por la vida. Y todo ello con la aquiescencia de nuestro querido alcalde sociata.
¿Por la vida? jajajaja. Si al menos lo hicieran libremente...
¿Son libres de estar ahí los cientos de niñatas sansueñeras que mañana tendrán un 10 en Religión por estar pasando frío con las putas velitas? ¿Son dignos de tener en cuenta los tipos y tipas que dicen si a la vida al mismo tiempo que escupen insultos contra ZP y sus secuaces? ¿Qué tiene que ver la vida y Zapatero? ¿Acaso nuestro presidente es Herodes? Quizá su coeficiente intelectual no sea muy alto, no seré yo quien le defienda, pero no creo que ponga una pistola en la cabeza de cada mujer para inducirla al aborto.
Ahora bien, a mi me da igual que Cristo-freaks, opusianos y demás raras avis eclesiásticas se junten para encender cuatro velas (quien dice cuatro, dice un millón) y después se vayan todos de cena de cofradía o cada cual a sus casas a dormir. A mi lo que me toca los cojones es que utilicen la vida como escusa para enmascarar su NO a la libertad individual de cada cual. Que degraden a la mujer hasta el límite de quitarle el derecho a decidir lo que hacer y lo que no con su cuerpo. Su intención de hacernos ver con sonrisitas e invitaciones mierda a encender velas que su moralidad es la buena y que somos hijos descarriados de Dios (los que no encendimos las putas velas, digo). Que ellos representan la felicidad, la concordia, el amor y la fraternidad.
Pues bien, amigos del Opus y derivados. Meteros por el culo las velas, vuestros saludos de ¡paz hermano! y esas miradas que me echábais a medio camino entre el cariño y la pesadumbre por ver pasar a la oveja descarriada. Cada cual somos libres de descarriarnos, de abortar, de pasarnos de la raya que nos de la gana y demás cuestiones que vosotros juzgáis como sacrilegios y atrocidades mientras no invadamos la libertad de los demás. Y vosotros tratáis de invadir esa libertad una y otra vez, desde esa basura de lucha pijo-progre-cristiano-callejera hasta los puestos de poder que regentáis. Repito, meteros vuestra demagogia por el culo, vuestros principios morales y vuestra persecución de la santidad porque el mismo Dios, si es que existió alguna vez, nos hizo libres. Y perdonadme, pero vosotros pretendéis todo lo contrario. En otros tiempos pudísteis engañar a los "hermanos", ahora la gente no es tonta y aquí nadie es más que nadie. Siento decirlo, pero bendigo y doy gracias a DIOS de que el cierzo de Zaragoza no os permitiera encender ni un 50% de las velas que habíais preparado.
No os lo merecéis, no sois la clase de gente que se preocupa por las miles de chicas que deciden dar a luz y se encuentran con el desamparo familiar y económico. Ni por aquellas madres jóvenes que necesitan ayuda para sacar adelante a su bebé. Lo vuestro es el NO por sistema. El no al aborto, el no al preservativo, el no enmascarado a la libertad... en definita, destruir en vez de intentar construir.
Por todo esto y desde aquí aprovecho para comunicar que, si algún político tiene pelotas para salir a la palestra y prometer que prohibirá este tipo de organizaciones represoras, tiene mi voto asegurado en las próximas generales.
Un saludo y gracias.
Vía | Filtrando la Realidad
Imágenes | Google Images, Filtrando la Realidad
6 comentarios:
Grande!! Las mismas correas identitarias de siempre para aquellos que se dejaron el juicío crítico en alguna sacristía. Por esta gente que asume unos cánones inmovilistas como quien se toma un café, quedan invisibles todos aquellos que entienden la fe en Cristo como verdaderamente es: Nadie tiene más amor que el que da la vida por sus amigos.
Un saludo
q mal estas lzr de la cabeza
El segundo anónimo podría ser más explícito en su razonamiento, pero el simple hecho de escribir Lázaro con un escueto y doloroso "lzr" le delata.
De verdad que hacía tiempo que no me reía tanto hablando de los provida. Mi más sincero aplauso, se antoja complejo explicar de mejor manera que el verdadero problema de esta gente no es su amor por los no-natos, como gustan en ufanarse, sino su doble moralidad y su obsesión eterna por inmiscuirse en el juicio y en los actos de cada cual. Su doble moralidad y su mezquindad no obedece tanto a lo que piensan sino a su deseo de que todos los demás piensen como ellos. A cualquier precio y de cualquier manera sin posibilidad alguna de pensar de otra manera.
YA LO DICE EL NOMBRE DE TU BLOG FILTRAS LA REALIDAD A TU VOLUNTAD. ENTONCES NO TACHES A LOS QUE EXPRESAN SU OPINION NI DE HIPOCRITAS NI DE NADA SIMILAR
INVESTIGA UN POQUITO SOBRE EL ABORTO Y SUS CONSECUENCIAS A LARGO PLAZO Y LUEGO FILTRA LA REALIDAD COMO TE DE LA GANA
Gracias por el consejo. Como ves, ya filtro la realidad como me da la gana... para eso es mi blog. No tacho de hipócrita porque exprese cada cual su opinión, me limito a tomar una postura contraria no a sus valores provida, si no al resto de factores sectarios que promulgan. Sobre todo las restricciones sectarias contra la libertad de conciencia. Quizá el tema del aborto ya pase a un segundo plano. Pero sinceramente creo que, cada cual, debería ser dueño de sus actos y de su cuerpo. No porque haya un colectivo que piense de otra manera los demás tenemos que pensar como ellos o mostrarnos sumisos porque crean que sus valores son superiores.
E igual que ellos tiene libertad sin ningún tipo de dudas para encender un millón de velas, yo tengo libertad para escribir que no me seducen sus planteamientos ni la mayoría de sus actitudes
Más hipócritas que los católicos de hoy hay pocos. Entendamos, hablan de libertad cuando su propia Iglesia la resta continuamente de la sociedad. Libertad de confesión, libertad para que los curas digan lo que les salga del cipote, libertad para manifestarnos donde nos de la gana pero libertad para que una mujer elija abortar, de eso nada monada.
Hipócrita es actuar de manera contraria a la que se piensa. O decir todo aquello contrario a lo que se piensa. Decir que abogas por la libertad cuando eres católico devoto se antoja complicado.
Investiga tú mejor sobre libertades individuales y luego me hablas de consecuencias del aborto. Son consecuencias asumibles ya que no es sino la mujer quien decide afrontarlas. No sois nadie para de manera demiúrgica catalogar qué sucederá a quien aborta.
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